Según el informe "La Sociedad en Red", que se publica anualmente, España ocupa el décimo puesto en número de abonados de banda ancha con 10 millones de usuarios. Este dato refleja que nuestro país se sitúa en las últimas posiciones dentro de Europa en penetración de Internet.
A pesar de que, en los últimos años, se ha aumentado el número de las conexiones de banda ancha en nuestro país (10,2 millones en la actualidad a diferencia de los 2,3 millones en 2003) y se ha mejorado en el acceso a las mismas, España sigue en el pelotón de cola de Europa en cuanto a penetración de Internet entre los ciudadanos. El informe asegura que el 54% de los hogares españoles tienen acceso a Internet y sólo el 3% no se conecta de otro modo que con banda ancha.
En enero de este mismo año el Instituto de Estudios Económicos (IEE), ya avanzaba este porcentaje de uso entre la población de nuestro país, pero todavía hay una distancia considerable con la media europea y ni qué decir tiene, con los países más avanzados en este ámbito. A España le separa un 11% para llegar a la media que existe en Europa y sigue compartiendo posiciones con Italia (53%), Chipre (53%), Portugal (48%), Grecia (38%), Rumania (38%) y Bulgaria (30%).
Hay otros países que parecen inalcanzables como Holanda (90%), Luxemburgo (87%), Suecia (86%), Dinamarca (83%) y Alemania (79%). En estos países el acceso a la Red por parte de los ciudadanos está mucho más desarrollado que en España, y a pesar de que muchos ofrezcan conexiones que al usuario español le puedan resultar muy caras, la relación salario-precio de las conexiones es más reducida en territorio europeo.
Analizando las ofertas de los operadores en nuestro país concluimos que cada hogar español gasta al menos 400 euros al año de su presupuesto para conectarse a Internet. Este precio se puede considerar elevado si tenemos en cuenta que facilitar el acceso a la Red supone una inversión a largo plazo. Para ello el Gobierno prepara un plan por el que se pretende garantizar la banda ancha como servicio universal pero su precio y velocidad no mejorarán demasiado la actual oferta y, por consiguiente, no se podrá calificar como una medida que garantice una mayor facilidad en el acceso a Internet.
En enero de este mismo año el Instituto de Estudios Económicos (IEE), ya avanzaba este porcentaje de uso entre la población de nuestro país, pero todavía hay una distancia considerable con la media europea y ni qué decir tiene, con los países más avanzados en este ámbito. A España le separa un 11% para llegar a la media que existe en Europa y sigue compartiendo posiciones con Italia (53%), Chipre (53%), Portugal (48%), Grecia (38%), Rumania (38%) y Bulgaria (30%).
Hay otros países que parecen inalcanzables como Holanda (90%), Luxemburgo (87%), Suecia (86%), Dinamarca (83%) y Alemania (79%). En estos países el acceso a la Red por parte de los ciudadanos está mucho más desarrollado que en España, y a pesar de que muchos ofrezcan conexiones que al usuario español le puedan resultar muy caras, la relación salario-precio de las conexiones es más reducida en territorio europeo.
Analizando las ofertas de los operadores en nuestro país concluimos que cada hogar español gasta al menos 400 euros al año de su presupuesto para conectarse a Internet. Este precio se puede considerar elevado si tenemos en cuenta que facilitar el acceso a la Red supone una inversión a largo plazo. Para ello el Gobierno prepara un plan por el que se pretende garantizar la banda ancha como servicio universal pero su precio y velocidad no mejorarán demasiado la actual oferta y, por consiguiente, no se podrá calificar como una medida que garantice una mayor facilidad en el acceso a Internet.
Vía:adslzone.net